El Camino del Espiral: Un Regreso a la Esencia
Hay símbolos que nos acompañan toda la vida sin que lo notemos. La espiral ha estado presente en mi camino de maneras sutiles y profundas: en las conchitas que recogía en la playa, en los caracoles marinos que decoraban mis macetas, en los santuarios sagrados donde sentí la presencia de algo mayor. Pero no fue hasta que visité el Monasterio de Montserrat, en Barcelona, que comprendí su verdadero significado.
Recorrer descalza aquella montaña fue una experiencia transformadora. Al final del sendero, encontré un caracol. En ese instante, una sensación profunda me invadió, como si cada célula de mi cuerpo recordara algo olvidado. No era una coincidencia, era un mensaje. Algo en mí despertó.
Con el tiempo, comprendí que la espiral es un camino espiritual, un viaje hacia nuestro ser superior. Nos lleva a la transformación, a veces de manera suave, a veces de forma intensa y dolorosa, pero siempre liberadora. No es un camino lineal, sino un proceso de volver a nosotras mismas con una nueva comprensión, con un corazón más abierto y una conciencia más profunda.
En una pausa para reconectar, me encontré nuevamente con la espiral en las playas norteñas de Perú. Allí estaba, presente en todo lo que me rodeaba, recordándome que siempre ha estado aquí, guiándonos. Desde tiempos neolíticos, la espiral ha sido tallada en piedras y cavernas, representando el misterio de la existencia. ¿Pero qué significa realmente? ¿Es solo una forma o es también una vibración, un sonido, una energía que nos envuelve?
La vida misma es una espiral. Nacemos de la unión de dos fuerzas, crecemos, nos transformamos, tomamos decisiones que nos acercan o alejan de nuestra esencia. Quizá este símbolo nos invita a reconocernos, a recordar la melodía que nos acunó en el vientre materno, conectados a la gran espiral de donde todos venimos. Como el sonido de los caracoles marinos, la espiral nos llama. ¿Has escuchado su mensaje?
Carl Jung decía: *“La espiral en psicología significa que cuando vuelves a un punto en el que ya has estado, nunca eres el mismo. Puede ser arriba o abajo, dentro o fuera, pero siempre es crecimiento.”* Este proceso nos muestra que aunque parezca que repetimos historias, cada giro nos lleva a un nuevo nivel de comprensión.
Las espirales están en la naturaleza, en nuestro propio ADN, en el movimiento del universo. Son la forma en que la vida toma conciencia de sí misma. Nos invitan a mirar hacia adentro, a soltar el control, a confiar en el ritmo natural de nuestra evolución. Porque el camino del espiral no es un trayecto hacia afuera, sino un regreso profundo a nuestra esencia.
Confía. Tu alma ya conoce el camino.